Cómo propagar la orquídea: los keikis

La orquídea es una de las plantas de interior más sofisticadas y delicadas del mundo.  Y es que a parte de presumir de unas flores preciosas, está constantemente creciendo y floreciendo sin necesidad de regarla cada día, siempre y cuando disponga de la luz idónea para su crecimiento. El mejor lugar para colocar tu orquídea es cerca de una ventana bien iluminada sin estar expuesta directamente al sol. 

Aunque sea difícil de creer, la orquídea es una de las plantas más fáciles de cuidar y cultivar, por eso hoy os queremos hablar del keiki, una pequeña planta que nace de la propia orquídea. Es una réplica exacta y perfecta de la planta madre, con lo que se convierte en una oportunidad perfecta para propagar tu orquídea.

La palabra keiki proviene del Hawaiano y hace referencia al “hijuelo” o “bebé” de la orquídea que crece en la vara floral de la planta tras su floración; esto sucede debido a la acumulación de hormonas de crecimiento en la zona. Para entendernos, los keikis son pequeñas plantas formadas por pequeñas hojas que a la vez producen raíces aéreas y que nacen en uno de los nodos del tallo en lugar de crecer en una rama.

¿Cómo estimular la aparición de una orquídea a partir de su keiki? ¡Muy fácil!:

1)    Una vez han crecido al menos tres hojas y algunas raíces en el keiki, corta la vara unos 3 centímetros por debajo y 3 centímetros por encima del keiki.

2)    En un tiesto independiente, planta el keiki y su vara, donde al cabo de un tiempo crecerá una preciosa orquídea idéntica a su planta madre.

¿Te animas a probarlo?